12 ago 2009

Reflejo del alma

Me encuentro frente a la mirada perdida que tanto buscaba y al fin encontré, en ella observe por un instante como pasaba aquel abismo lleno de incertidumbre con aquel absurdo miedo que protejo detrás de mi espalda.

De pronto, dentro de tantos miedos que la rodeaban se reflejo mí alma, perdida por sueños y falsas esperanzas, oculto entre este frío pecho al lado de la soledad que describía las páginas de mí historia, escondía en ella una ilusión que aparentemente llenaba está soledad, me empecé a envolver en un mundo donde me rodié de personas que no conozco, les hablo, me hablan, les miento en la cara como hago siempre al mirarme al espejo y creer en está ficticia felicidad que amarga mí vida y la destruye en segundos donde ya no la puedo reconstruir.

En mí cara, enmarco una sonrisa, mí "felicidad" incomparable, pues alrededor de mí todos caían sumergidos en el dolor, como yo lo hacía, solo que era tan orgulloso como para pedir este grito de auxilio del alma que nadie escucha pues prohibo a mí vida que salga este sufrimiento de mí. Lo resguardo, como temiendo que este sufrimiento sea mayor, sin mirar que yo mismo me tropiezo con mis propios miedos impidiendo la farsa felicidad sea de verdad.

Transcurre el día, soy feliz, sonrío, , mi corazón se congela, como si ya mí alma no escuchase el palpitar de este corazón, cada uno por su lado, ya ni se ven. Me encerré en este mundo, cerré candados y no logro salir, anhelo salir de esto, pareciera que las puestas se cierran, me perdí en el camino, estoy en un oscuro lugar donde ni yo logro saber quien soy.

Se alejan de mí, pues mí falsa vida se acabo para mostrarles la triste verdad de este reflejo desconocido. Perdido me encuentro, desiciones fueron tomadas por mí y mis pensamientos no estaban de acuerdo con lo que este corazón que llevó pedía. El dolor y el rencor hablaron antes que mí, cause dolor y este es el día en el que ni me doy cuenta de lo que cause, no creo en mí, no me conozco.

Esta mirada sobre mí reflejo no trae más que el pasado agobiante que viví, se presenta nuevamente abofeteandome la cara, dando respuestas a esta carga que llevo sobre mí espalda y la cual no me pertenece.

Se desvanece el reflejo poco a poco, creí en lo que nunca creí, sentí aun no sintiendo y hoy mis lágrimas brotan de mis ojos, las siento recorrer sobre mí alma, las escucho caer, cada una de ellas pesa y lleva un dolor que nunca he logrado superar.

Estoy sin rumbo definido, acompañado de esta triste soledad que dejó marchita sobre mí, la rosa que guarda mí nombre. Se derrumbaron los trozos de mí alma, la conciencia no aguanta más , las dudas nunca encontradas que invaden día y noche mí mente, que por años he buscado , hoy se posan frente a mis ojos, heridas nunca sanadas producen dolor y más lejano estoy de cada ser especial que rodeaba mí vida pues amaban eso que perdí y lo ahora busco y ya no veo sobre mí alma.

Cae sobre mí la tormenta que ahoga la vida, perdí el sentido de quien era, frente a mí me encuentro y no soy capaz de reconocer esto que soy y nunca quise ser.



Escrito por: Karol Montealegre C.

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